Felicidad y productividad

Apretar los dientes o reír, esa es la cuestión.

Escribo este artículo inspirada por un vídeo TED. ¿Conoces las TED talks, conferencias sobre ideas que merecen la pena ser compartidas? Puedes conocer más sobre ellas en este enlace.

Pues bien, este vídeo TED llegó a mí a sugerencia de un tweet de Alvaro López, de autorrealizarte. Enseguida me encendió la bombilla sobre un aspecto de la vida al que cada vez le doy más valor, que es el cuidado del mundo interior.

Cuidado de la psicología, del alma, de las tripas, de las cosas de uno, como quieras llamarlo. Pero algo que es fundamental para ti como estudiante.

Antes de nada, te invito a ver el mencionado vídeo del psicólogo Shawn Achor (puedes poner subtítulos haciendo click en el icono de abajo a la derecha).

 

¿QUÉ TE HA PARECIDO?

Yo creo que Shawn Achor tiene mucha razón en lo que expone. Y lamento todo el tiempo que pasé de estudiante apretando los dientes y sintiéndome mal por no ser capaz de estudiar más horas al día, o no concentrarme una tarde de estudio…en vez de apreciar las horas que ya había sido capaz de trabajar.

No te estoy diciendo que dejes de exigirte a ti mismo/a y te conformes con lo que la vida te traiga. No tiene nada que ver. Pero Achor tiene toda la razón cuando en el minuto 6:47 se sorprende de que la mayor parte de los estudiantes de Harvard estén centrados en lo duro del estudio, en vez de sentirse felices por encontrarse en la Universidad de sus sueños.

Yo te pregunto: ¿Cuántas veces en el último semestre has echado pestes de tu Facultad, o te has sentido desgraciado/a por recibir clases pésimas, o por tener que estudiar montañas de materia para los exámenes?

¿Dónde se quedó la alegría que sentiste cuando pudiste entrar en tu carrera más deseada, Medicina?

Yo te diré dónde se quedó: dentro de tu mente, enterrada por tus creencias sobre lo terrible que es el mundo.

NO ES LO QUE TE PASA, SINO LO QUE TE DICES ACERCA DE LO QUE TE PASA

Esta frase es de Rafael Santandreu, un psicólogo cognitivo muy prestigioso en España. En este vídeo nos habla sobre esa tendencia a ver el lado terrible de las situaciones externas, y cómo revertirla.

Sé que ahora estás pensando que no puedes sentirte alegre cuando tienes una montaña de apuntes que estudiar para un examen. De acuerdo, en una situación aguda como esa es razonable sentir un agudo aburrimiento o desánimo. Pero Achor en su vídeo, y Santandreu en sus libros y entrevistas se refieren a otra cosa: a tu visión personal sobre el mundo (algo “crónico”, por seguir usando términos clínicos).

Si te comportas en tu vida de estudiante como los telediarios o noticieros, te centrarás solamente en los aspectos negativos.

Pero si pruebas alguna de las técnicas propuestas en el vídeo de Achor, como pasar unos minutos al día buscando cosas por las que sentirte agradecido a la vida, te encontrarás, dentro de unas pocas semanas, menos pesimista y más proclive a ver el lado amable de las cosas. Te puedo decir que funciona, porque yo he probado con éxito esa técnica. Y como dice Achor, el optimismo te proporciona más energía, más productividad, y más dopamina, lo que favorece el aprendizaje.

Así, cuando tengas un examen por delante, puedes pensar en los conocimientos que dejará ese examen en tu mente, en el bienestar posterior que sentirás después de cumplir con tu deber, en el premio que te espera después de ese duro trabajo (Ah, que no sueles premiarte después de trabajar duro para un examen? Pues ya estás empezando…).

bulldog felicidad productividad

¿IR FELIZ POR LA VIDA ESTÁ MAL VISTO?

Estar feliz es algo que todos deseamos, pero que en cierto modo tiene mala prensa. Y si no, recuerda uno de los personajes más crónicamente feliz de Los Simpson, Ralphie o Rafa, el niño de la sonrisa perenne, y también, el más tonto de la clase.

Hay cierto glamour en el héroe castigado de las películas de acción que va por todas partes con el ceño fruncido y con cara de circunstancias. Está bien apretar los dientes cuando los aliens invaden la tierra y posas para la correspondiente película de Hollywood. Pero eso no siempre funciona en el caso de los estudiantes universitarios.

Así que a continuación enumero una serie de actividades que pueden proporcionarte bienestar emocional y por tanto mayor energía para continuar estudiando:

  • Hacer deporte
  • Charlar con amigos
  • Ver vídeos de perros y gatos adorables
  • Escribir 3 cosas por las que estás agradecido
  • Meditar
  • Hacer buenas acciones por los demás (visitar a tu anciana abuela, colaborar con una ONG)

 

Si quieres saber más acerca de cómo ser mejores, y hablar con tu mente de una forma más positiva, te invito a leer la entrevista a Carol Dweck y sus teorías sobre la mentalidad de crecimiento (algo ya apuntado en esta entrada del blog, ¿hablas con tu mente de la forma adecuada?). Y si deseas conocer parte de la investigación académica en torno a la búsqueda y sostenimiento de la felicidad, lee la revisión de Lyubomirsky publicada en Review of General Psychology en 2005.

Y TÚ, ¿CÓMO TRABAJAS TU BIENESTAR COMO ESTUDIANTE?

 

Almudena Trinidad
almudena@dominalamedicina.com

Soy médico otorrinolaringóloga en un hospital de Madrid y Profesora Asociada de Medicina en la UAM. Ayudo a estudiantes de Medicina a desarrollar técnicas de estudio más eficaces para lograr mejores notas, recordar durante más tiempo y sentirse más seguros y felices con sus estudios.

9 Comentarios
  • Carmen
    Publicado a las 07:54h, 12 julio Responder

    Hola! Me enganché a principios de año al blog y me está siendo súper útil! 🙂
    Un ejercicio que estuve haciendo durante el año pasado fue escribir cuando me iba a acostar 3 cosas que hubiera hecho durante el día de las que me sintiera orgullosa. 3 cosas que aunque parezcan fáciles te cuesten un poquito por algo en concreto y que, finalmente, has logrado hacer. O simplemente algo que me hubiera hecho sentir bien. Si se convierte en una rutina tiene dos efectos positivos, por un lado recuerdas lo bueno del día, ves tus logros y despides el día con un chute de autoestima y por otro lado estás motivada durante el día para conseguir tus metas porque sabes que luego tendrás que escribirlo. Me vino genial.

    • Almudena Trinidad
      Publicado a las 14:48h, 12 julio Responder

      Ese ejercicio también lo hice yo. Parece simple, pero funciona. Es justo lo contrario de rumiar pensamientos negativos. Cuando recreas pensamientos positivos, las sensaciones predominantes son positivas. Si lo haces con lo negativo, te deprimes a ti mismo.

      Gracias por comentar! 🙂

  • Lara
    Publicado a las 10:06h, 12 julio Responder

    Hola Almudena:
    Leo tu blog desde hace un tiempo y me gusta muchísimo. Considero que es muy útil y necesario un apoyo para los estudiantes, más allá de las palabras de aliento que aunque siempre son maravillosas no son tan prácticas como que te lo den pistas sobre cómo hacer aquello que te va superando.
    Esta entrada en concreto hace que me vea especialmente reflejada. Tengo 31 años y aunque llevo 4 en la carrera voy a empezar tercero. Es una situación je aunque es responsabilidad mía, me da mucha vergüenza admitir. Adquirí el mal hábito desde el principio de no presentarme a los exámenes, y he entrado n un círculo vicioso de ” no estudiar suficiente- no presentarme- deprimirme- sentirme incapaz….” del que no sé cómo salir. Suelo aprobar las asignaturas a las que me presento, pero no soy capaz de llevar más de 3 asignaturas a la vez ( mi incapacidad, reconozco que reside en la falta de voluntad ante los increíbles tochos).

    Este verano tomaré una decisión que aún no sé bien cuál será. Soy muy mayor, y no sé si es por lo quemada que estoy pero a veces no sé si me sigue gustando la carrera. No me gustaría dejarla pero me hace pensar seriamente en ello el hecho de no saberme capaz ( esto es, creo que soy demasiado vaga) y las dudas en cuanto a las posibilidades laborales una vez acabada y en el caso de que supere el MIR.

    He tenido circunstancias familiares muy difíciles en este tiempo, pero creo que los conflictos son intrínsecos al día a día de cualquier persona y no creo que aferrarme a ello como excusa me haga ningún bien.

    Escribo todo esto por que no hay en mi familia personas que trabajen en sanidad, y estoy muy perdida. Me sería de gran ayuda tu opinión,más que no sea agradable de leer.

    Muchas gracias por tu tiempo y por el blog.
    Un saludo! ???

    • Almudena Trinidad
      Publicado a las 19:30h, 12 julio Responder

      Hola, Lara

      Muchas gracias por seguir el blog y por comentar 🙂

      He leído con mucho interés lo que me cuentas. Creo que más de una persona se sentiría identificada con tu situación. Así a primera vista me parece que tienes un discurso interno muy pesimista, o sea, te dices a ti misma muchas cosas negativas. Escribes “vergüenza”, “círculo vicioso”, “incapaz”, “muy mayor”, “demasiado vaga”, “excusa”…

      Hace poco, hablando con un catedrático de psicología sobre las diferencias en rendimiento entre estudiantes de Medicina, me comentó que estas diferencias no podían explicarse por incapacidad intelectual. Cuando alguien ha conseguido entrar en una carrera universitaria exigente como esta, ya ha demostrado capacidades intelectuales suficientes. El desempeño que tengas dentro de la carrera dependerá de la motivación, sobre todo.

      Respecto a la decisión que dices tienes que tomar este verano, intenta sentir, más que pensar, lo que quieres. Si pensar en dejar la carrera te produce tristeza, si no ves futuro después de eso, no la dejes. Es muy difícil saber lo que realmente se quiere, y normalmente exige que estés alerta sobre ti misma para detectar las señales que te inclinan hacia un lado u otro. ¿Alguien cercano o con mucho ascendiente sobre ti te pide que hagas una cosa u otra? A veces pensamos que deseamos algo, y quien realmente lo desea es alguien externo cuya opinión es importante para nosotros. Atenta a esas señales. Si una dirección te hace sentir ligera o alegre, es la correcta. Si te pesa o te abruma, no lo es, aunque se disfrace de sentido del deber. Pero tienes que darte unas semanas para ir percibiendo estas señales, no puedes decidirlo en 24 horas. Un truco para saber si lo que decides hacer es correcto: busca este verano actividades que te gusten, y sal de tu domicilio habitual. Ve al mar, a la montaña, da paseos largos entre árboles, ríete lo que puedas. En momentos de disfrute es más fácil que, en segundo plano, tu mente esté valorando las opciones de forma más fiable. Puede que te vengan ráfagas de deseos de continuar, y eso te haga sentir bien. Eso será una buena señal. También lo será si lo que vienen son ráfagas de deseos de abandonar y dedicarte a otra actividad, y eso te hace sentir bien. Lo que resuene con sensaciones positivas será tu camino a seguir.

      Con 31 años no eres “muy mayor”. Conozco gente que ha cambiado de especialidad con 36 años y están felices y trabajando después de esto. Todo depende de si te lo puedes permitir, es decir, si puedes tener sustento aunque sigas estudiando. Entrar a hacer un MIR con 35 ó 36 años, si es de una especialidad que amas, será satisfactorio tengas la edad que tengas.

      Todo el mundo tiene problemas, de acuerdo, pero si pasas por un problema difícil tienes todo el derecho a reconocer que es difícil, independientemente de que tires adelante. Lo que si está claro es que una circunstancia externa difícil hace muy duro pelear contra creencias negativas sobre ti misma. Se juntan demasiadas cosas. Si la vida te da un respiro, tienes margen para pelear contra esas creencias que tienes sobre ti misma: “demasiado vaga”, “incapaz”… Creencias tan radicales suelen ser falsas. Más que incapaz, simplemente no has encontrado tu manera. No eres vaga, es que no has encontrado aún cómo motivarte día a día.

      Si tienes un discurso tan negativo sobre ti misma, es difícil motivarse para estudiar y para probar técnicas nuevas que podrían darle un vuelco a tu situación. Hablas de la falta de voluntad ante los increíbles tochos… ¡Y es que realmente hay que tener cerebro de acero para estudiar en tochos! Piensa que cualquier libro de texto lleva una cantidad de trabajo inmensa para su contenido, y también para el formato y la edición. Un tocho hecho por alumnos necesita de mucha brillantez por parte de todos para que el resultado sea mejor que un libro. No dudo que haya tochos buenos, pero yo he visto algunos de calidad dudosa, o muy irregular.

      A menudo me da la sensación de que el cerebro se aburre cuando le dan todo hecho, cuando no tienes que pelearte con un libro para extraer un esquema-resumen hecho por ti misma, construido a tu gusto. Si el tocho o el manual MIR te lo da todo masticado, es más difícil “entrar” en la tarea, entrar en flujo. Estar en flujo se consigue cuando estás haciendo algo difícil, pero accesible para ti, y tienes que poner un esfuerzo de tu parte, pero ni demasiado intenso ni demasiado leve. En este sentido, prueba a preparar tus propios esquemas. A algunas personas ir a clase les ayuda, simplemente porque el desafío de escuchar conceptos y plasmarlos sobre el papel les resulta estimulante. Esa síntesis y plasmación en apuntes, aunque sean incompletos, ya supone un aprendizaje. Piensa si puede ser una opción para ti.

      Respecto a las técnicas que usas con los tochos, probablemente consistan principalmente en releer y subrayar. Prueba a elaborar tu propio tocho completando tus notas de clase, o usando un libro. Prueba a comenzar una asignatura haciendo exámenes sobre ella, para que las preguntas iniciales prendan la curiosidad sobre la materia. En fin, puedes probar métodos diferentes, sin miedo a que no te funcionen, porque está claro que la situación actual, en la que sientes tanto aburrimiento, no es mejor.

      Para terminar, porque esto está siendo casi más largo que un artículo normal del blog, ¿cómo planificas el estudio? En la mini-guía que escribí y colgué hace 2 semanas está la técnica de la línea del tiempo, que puede elaborarse para cada asignatura y comparar en paralelo para ver cómo puedes compaginar el estudio de todas.

      Puedes seguir consultando cualquier duda que te surja. Un abrazo y espero seguir leyéndote por el blog 🙂

      Almudena

    • Esther
      Publicado a las 18:11h, 26 julio Responder

      Hola Lara. Me estaba dando un paseo por el blog de Almudena y no he podido evitar sentirme totalmente identificada contigo. No estudio Medicina sino Veterinaria (he consultado a Almudena en una situación similar a la tuya). Así que bueno, no es una opinión fiable 100% pero quizá te ayude.

      Tengo 26 recién cumplidos y estoy en tercero de veterinaria, así que imagínate qué lastre cargo a las espaldas. Me planteo en un futuro hacer Medicina. Y sí, todo parece muy complicado, todo parece horrible!! y yo tampoco me presento a los exámenes, logro presentarme a pocas asignaturas al año, porque no estudio lo suficiente (me distraigo con estupideces y sobre todo con pensamientos negativos recurrentes) y cuando quiero ponerme a estudiar pienso que no me da tiempo y no voy a los exámenes. Y es un error absoluto porque ese pensamiento reside en la falta de confianza en uno mismo. Y como dices es un bucle infernal, ay, qué bien te entiendo.

      Pues bien, la vida no es perfecta, y echarte en cara una y otra vez que en su momento no lo hiciste como debiste no te va a sacar del atolladero, eso sólo empeora la situación. Date un respiro, analiza dónde tienen origen tus dificultades e intenta superarlas, a tu ritmo, no es ni demasiado tarde, ni eres demasiado vieja ni nada por el estilo, no te dejes llevar por los simples convencionalismos sociales y nada de vergüenza, lo has hecho lo mejor posible y eso nunca será motivo de vergüenza. Si empezaste medicina sería por algo, por vocación, curiosidad, etc. Cuando se “acaba” la vocación y empiezas a plantearte que quizás deberías dejarla, es hora de trabajar y buscar esa motivación donde quizá antes no te habías planteado y no hacer falta buscarla dentro de la facultad, si haces cosas fuera que te motiven, seguramente luego seas capaz de sacarle más partido al tiempo de estudio. Yo no tengo ni idea pero entiendo esa sensación de angustia de no saber cómo salir, y creo que retroceder o abandonar si empezaste la carrera con ilusión, no tiene sentido, puesto que hay algo, aunque ahora no lo veas, que en su momento te hizo decidirte por medicina. De todas formas, esa es una decisión que puedes tomar sólo tú, y sea cual sea, si la tomas pensando en ti, será la buena.

      Consultar a Almudena ha sido muy buena idea, en mi caso pocas personas han sabido transmitirme la tranquilidad respecto al futuro que necesitaba como ella.

      Mucho ánimo y un abrazo a las dos.

      • lara
        Publicado a las 10:35h, 20 agosto Responder

        Hola Esther!

        muchas gracias por tu comentario, acabo de leerlo. Me ha gustado mucho sentirme tan identificada y tus palabras. y creo que llevas razon cuando dices que una vez acabada la vocación hay que echar mano del esfuerzo, recordar que nos ilusiona y buscar motivaciones.
        He buscado ayuda profesional y en septiembre seguro que puedo escribirte un mensaje tan positivo como el que has escrito, gracias de verdad 🙂
        tanto veterinaria como medicina son carreras con mucha carga académica, y estoy convencida de que el problema es como tu has dicho, falta de confianza o sentimiento de no estar a la altura… Cualquier entrada del blog de Almudena ayuda, pero el empujón que necesitamos para dejar de ponernos trabas a nosotras mismas solo podemos encontrar como has dicho buscando las causas. Estoy segura que podras superar y con el tiempo y escuchandote a ti misma tomar la mejor decision.
        Muchas suerte!

        Gracias ALmudena por tu contestacion, no dije nada pero me ha ayudado mucho. La lei a todo mi entorno y he seguido tu consejo. Aun no es 100% seguro pero creo que seguire en medicina y por supuesto leyendo y comentando tu blog, que a muchos nos ayuda con los dias un poco complicados.

        saludos! 🙂

        • Almudena Trinidad
          Publicado a las 10:03h, 23 agosto Responder

          ¡Muchas gracias a las dos por contestar!

          A Esther, por colaborar en el blog con su comentario e intentar ayudarte, porque esa es la actitud que yo admiro en cualquier persona, su intención de hacer mejor la vida de otros.

          A Lara, porque me quedé con la inquietud de saber cómo le iba este verano y qué decisiones habría tomado, ya que creo que su historia puede ayudar a otros.

          Un abrazo 🙂

  • Manu
    Publicado a las 15:08h, 18 julio Responder

    Hola Almudena:

    Llevo leyendo tu blog desde la navidad pasada y me encanta. Soy estudiante repeMIR y me hubiera gustado haber podido leer tus consejos no sólo antes del examen del pasado febrero, sino desde mi primer año de carrera. Si bien es cierto que todos sabemos más o menos cómo va la cosa de estudiar, nos hace falta que alguien como tú nos recuerde cómo volver al camino del buen estudiante de Medicina.

    Ahora, empezando de nuevo la preparación, sé que puedo hacerlo mejor gracias a tus consejos sobre planificación, métodos… Esta entrada en particular me ha encantado (gracias por compartir esta plataforma de vídeos que, a parte de exponer temas muy interesantes, me va a permitir practicar algo de inglés :)) y voy a intentar encajar tus consejos en mi día a día.

    Un saludo Almudena y gracias por compartir toda esta información con nosotros

    • Almudena Trinidad
      Publicado a las 20:05h, 18 julio Responder

      Muchas gracias, Manu. Es un gusto compartir en el blog y leer vuestros comentarios 🙂
      A comerse el MIR!

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