28 Feb Reflexiones sobre técnicas de estudio y el alumno presencial
Dicen los sabios del blogging que conviene tener 3 ó 4 artículos escritos de antemano para que no te pille el toro si tienes problemas en algún momento.
El domingo pasado estaba de resaca post-TribuCamp (encuentro de bloggers y emprendedores digitales) y pensé, “por una vez que me salte el artículo, no pasa nada”.
Bueno, pues hoy estoy con fiebre y mialgias y sí que pasa, sí. No me veo capaz de escribir sobre mi tema planeado, las aplicaciones de repaso espaciado, con Anki y StudyBlue entre las preferidas de mis alumnos, con los que me reúno en la clase presencial.
¿Significa eso que lo que escriba a continuación no sirve para nada? Puede que sí… Quiero hablaros de las impresiones que estoy sacando de impartir la optativa “Técnicas de estudio” en mi Facultad de Medicina.
CLASE PRESENCIAL, FEEDBACK y ROSTROS
Este es el segundo curso que se imparte y creo que estamos consiguiendo que las clases sean entretenidas, que ya es mucho… Hay unas 20 personas y eso facilita que haya debates y opiniones de los estudiantes, lo que es buenísimo porque, si no, la asignatura no serviría para nada.
Para mí esto es un tesoro y una fuente constante de satisfacción. Recordando cómo me aburría yo de estudiante en mis clases, creo que ofrecer interés y contar algún chiste malo que otro se agradece. Al mismo tiempo, recojo mucha información sobre los temas que más interesan o más necesitan los diversos estudiantes.
Aún así, de un año para otro las experiencias cambian. El último día de clase me sorprendió mucho las caras de escepticismo de los alumnos. Habíamos repasado diversas técnicas de estudio, como el subrayado, la relectura, el autoexamen, etc. Habíamos visto apuntes llenos de tinta amarilla fosforescente y hablado del efecto de aislamiento. Si eres nuevo en el blog, puedes leer más detalladamente sobre estas técnicas en los enlaces.
Lo curioso es que, al final de la clase, la expresión de muchos alumnos era algo así como “A mí me da igual que los expertos digan que subrayar es malo, yo seguiré con mis rotuladores”. Algunos, hasta con cierta hostilidad. Esa tarde me preocupé. Una alumna me comentó que bueno, que eran cosas muy personales, eso de subrayar, qué colores usar, cómo hacerlo…
Al día siguiente comencé a pensar que, después de todo, cuando más se aprende es cuando el nuevo conocimiento viene acompañado de emociones. Sean cuales sean: diversión, curiosidad, escepticismo, desdén… Bienvenidas sean.
Al fin y al cabo, un curso de técnicas de estudio, o este blog, no pretenden imponer un estilo único de estudio. Lo que pretenden es ofrecer información a quien busca conocerse algo mejor en su faceta de aprendiz. Cada uno toma o descarta la información como crea conveniente.
Si una técnica desconocida parece atractiva; si una encuesta sobre asistir o no a clase ayuda a comprenderse uno mismo; si los consejos de un psicólogo de la educación parecen absurdos, algo se habrá movido de sitio en tu interior.
Puede que en unos pocos días cambies algo (una alumna me comentó recientemente que la técnica de las tablas comparativas que aprendió hace 2 semanas le está sirviendo de mucho). Puede que tardes 1 año en aplicar métodos nuevos. Lo importante es no dar nunca nada por sentado, ni siquiera tus propios métodos.
Si quieres probar algún método nuevo, pero no te atreves por miedo a fallar, lee esta guía sobre cómo aplicar técnicas nuevas sin tropezar y be water, my friend.
Febriles y cordiales saludos.
Begoña
Publicado a las 15:46h, 12 marzoMe encantó conocerte en el TribuCamp, estupendo blog, ojalá los editores médicos prestaran más atención a todos estos temas. Saludos de otra blogger desde Barcelona!
Almudena Trinidad
Publicado a las 15:37h, 15 marzoMuchas gracias, Begoña! Habrá que presionar mejor a los editores médicos 😉